Sexo en la Tercera Edad

Fuente: Cuatro cosas sobre sexo que hay que saber al envejecer

La actividad sexual en la tercera edad es un tema importante, y muy desconocido. Y el caso es que saber bien los cambios fisiológicos que se producen al envejecer y hacer los ajustes necesarios pueden generar una gran satisfacción en la pareja.

Los cambios fisiológicos en el hombre

La mayoría de los hombres sufren cambios en su actividad sexual a los cincuenta y tantos, como resultado de los cambios fisiológicos. Por ejemplo, el tiempo necesario para lograr una erección se incrementa significativamente. La erección en la juventud se logra con una mínima estimulación sexual o incluso con el mero pensamiento, pero esto no sucede en la madurez. La erección puede requerir que la mujer se involucre más y ayude a su pareja a lograrla con estimulación física.

Otros cambios pueden incluir contracciones más débiles durante el orgasmo, lo que disminuye el volumen del semen eyaculado, reduciéndose a unas pocas gotas o incluso desapareciendo.

Puede también haber problemas para alcanzar el orgasmo. Si esto sucede, no debería empeñarse en tenerlo: puede ser mejor dejarlo ahí e intentarlo la próxima vez que tenga relaciones sexuales. Es importante que los dos, hombre y mujer, entiendan que es un problema fisiológico común. Se dan casos en que la mujer piensa que la incapacidad de su pareja revela una relación extramatrimonial.

Uno de los principales factores que afectan a los mayores es la disminución del nivel de testosterona, lo que puede tener cierto impacto en la función sexual, pero no exclusivamente. También puede causar la disminución de deseo sexual, provocar disfunción eréctil, pérdida de memoria, cansancio, pérdida de fortaleza física y tendencia a engordar.

Si experimenta algo de lo citado, vaya al médico. Hay ciertos tratamientos para aumentar el nivel de testosterona, incluyendo geles que se aplican una vez al día, píldoras de toma igualmente diaria y existe incluso un medicamento que se inyecta al músculo una vez al trimestre. Pero debe ser el médico quien indique todo ello.

Es importante conocer y entender todos estos cambios para suprimir preocupaciones sobre la actividad sexual. Un hombre en su vejez que pretenda mantener la misma vida sexual de cuando joven, a pesar de los cambios que ha sufrido su cuerpo, debería consultar con un especialista.

Los cambios fisiológicos en la mujer

Con la edad, las mujeres también experimentan cambios en su cuerpo. Uno de los más comunes es la disminución de la lubricación vaginal previa a la penetración. Como resultado, el hombre debe estimularla durante más tiempo para lograr el nivel adecuado de lubricante.

Puede deberse a falta de estrógeno. A veces es necesario usar cremas de dicha hormona, o píldoras, para mantener adecuadamente el tejido y evitar dolor vaginal. En algunos casos, puede padecerse vaginismo, que es una contracción de los músculos vaginales que impiden la penetración. También puede tener lugar una reducción de la cantidad y calidad de los orgasmos. Debe ser el médico quien indique la conveninecia.

El síndrome de la viuda

Es un fenómeno causado por la ansiedad por tener un buen rendimiento sexual cuando intenta tener relaciones sexuales por primera vez con una nueva pareja. A menudo en casos así, el caso es que la mujer y su antigua pareja mantuvieron durante años una buena relación, tenían rutinas y costumbres sexuales definidas y se conocían mutuamente a fondo.

Una nueva experiencia sexual con la nueva pareja puede crear una situación de estrés e incluso ansiedad. No hay duda de que una pareja comprensiva, que conozca el problema, puede ayudar a aliviar la tensión. Puede ser de ayuda empezar con una relación íntima, pero sin penetración –con muchas caricias en cambio- y avanzar en la intensidad en pequeñas dosis.

El sexo con problemas de salud

Una enfermedad o un trastorno no necesariamente significa que debe olvidarse del sexo.

Angina de pecho, ataque al corazón, bypasses coronarios y fallo cardiaco

Se dan muchos casos de renuncia al sexo en el afán de proteger la salud de la pareja, cuando puede no ser realmente necesario. A los pacientes se les dice (o se les debería decir) cuándo pueden reanudar su actividad sexual, y se les debe proporcionar una mínima guía para hacerlo. No haya razón para tener miedo. La mayoría de los pacientes son capaces de retomar gradualmente la actividad sexual a lo largo de tres meses, dedicando la misma actividad al sexo que a las demás tareas diarias. Después de todo, subir un piso por la escalera acelera el pulso a una media de 117 pulsaciones por minuto, las mismas a las que se llega habitualmente durante el orgasmo.

Se recomienda evitar el sexo después de una comida copiosa o después de beber alcohol. En caso de pacientes en recuperación, es recomendable pensarse bien el tener relaciones con una nueva pareja, pues la excitación puede ser mayor de lo habitual. Si experimenta dolor en el pecho, o una incomodidad, hable con el médico sobre la conveniencia de tomar vasodilatadores antes de la relación.

Pacientes diabéticos

La diabetes incrementa la posibilidad de tener disfunciones sexuales. Puede causar disfunción eréctil, bajo deseo sexual, sequedad vaginal debida a problemas nerviosos e incapacidad de llegar al clímax, tanto en hombres como en mujeres.

Hay tratamientos que ayudan a los pacientes diabéticos. Si es un diabético con disfunciones sexuales, la recomendación es que acuda a su médico.

Prostatectomía (extirpación de la próstata)

Después de una prostatectomía, o resección de la próstata, el semen se eyacula en la vejiga: esto es habitual y natural, y las sensaciones durante el orgasmo siguen siendo las mismas. Afortunadamente, esto cada vez se explica mejor a los pacientes a quienes se extirpa la próstata.

Medicación y rendimiento sexual

A medida que envejece, es más probable que necesite tomar regularmente diversos medicamentos. Las diferentes medicinas tienen distintos efectos secundarios, y la combinación de varias simplemente añade complejidad al asunto. Si toma varias medicinas, debe ser consciente de los cambios, fundamentalmente cuando empieza a tomar una nueva. Es importante que comunique a su médico cualquier efecto indeseado, pues posiblemente podrá recetar una alternativa que no tenga impacto en su rendimiento sexual.

¿Qué significa todo lo anterior?

Todo esto viene a decir que SE PUEDE mantener una vida sexual a los setenta, y a los ochenta. Por supuesto que depende tanto de la salud de la pareja como de su deseo sexual.

Por último, es importante recalcar que se debe recordar ser siempre atento, considerado y comprensivo con las necesidades sexuales de su pareja. Todos estos cambios requerirán cambiar la rutina sexual y desarrollar nuevos enfoques. Pero definitivamente no significan que debe dejar las relaciones. Incluso con las nuevas limitaciones, tenga finalmente presente que el orgasmo no es la meta final. La cercanía, la intimidad y el contacto son igualmente importantes.

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